La defensa del Chacho en la novela Pozo de balde: Por Horacio Raúl Campos
Introducción
Olvidada por la crítica académica y mediática, la riojana Rosa Bazán de Cámara escribió una novela excepcional: Pozo de balde. Está ambientada en el corazón de Los Llanos riojanos y durante 1862 a 1864. Es decir, cuando el ejército enviado por la dictadura de Mitre y Sarmiento había invadido La Rioja y asesinado el general Ángel Vicente Peñaloza, El Chacho.
La escribió en 1934, a cuatro años de haberse iniciada la penumbrosa Década Infame y Pedro Agustín Justo ocupaba La Rosada. La novela contiene la disyuntiva civilización o barbarie, pero esa fórmula dañina no es la estructura básica del libro.
Pozo de balde fue escrita cuando el proyecto de los ochenta, la de la Argentina como mero exportador de materias primas, había estallado ya varias veces. Los hechos narrados se producen cuando se está en plena tarea de eliminar opositores para el advenimiento de ese proyecto agroexportador, que ya era perjudicial entonces.
No es una novela violenta contra las Montoneras federales. Tampoco es elogiosa hacia ese sector político. En la escritura son un eco. La novela se parece, al menos en ese procedimiento, a Pedro Páramo (1955) del mexicano Juan Rulfo. La Revolución allí pasa rozando, porque clausura ese ciclo en la literatura azteca y abre otro muy importante.
Pozo de balde pulveriza los preceptos básicos de los realismos europeos, que se habían dejado de lado en los primeros años del siglo XX e incluso a fines de la anterior centuria. Contiene trazos de lo real maravilloso, categoría de Alejo Carpentier, el gran político y escritor cubano. (1)
La riqueza de Pozo de balde es casi inagotable. Es una novela que las carreras de letras, de periodismo, los profesorados de lengua o el nivel secundario no la contemplan en sus programas de estudios. La obra podría estar entre los principales de América Latina. Si Bazán de Cámara hubiera nacido en Francia habría sido más famosa que Gustave Flaubert o Jean Paul Sartre.
Cuando se achica lo grande
Existe una zoncera, que se expresa en comentarios o prólogos de libros de la literatura argentina de cualquier zona del país, de aminorar las cosas. Se les atribuye ser, por ejemplo, clásicos de tal o cual provincia. Se trata de una autodenigración que se nos intenta imponer o que se nos impuso, igual a la que se registra con la Argentina o América Latina con respecto al resto del mundo.
Esa novela pertenece a la literatura universal sin aditamentos. Los cerrados círculos académicos no lo tienen en cuenta, pero nosotros no debemos reducir su dimensión universal y sabor local. Ocurre lo mismo con otros riojanos: Héctor David Gatica, Daniel Moyano, Mario Paoletti, Ariel Ferraro, la obra ensayística de Luis Alberto ‘Chacho’ Corzo y Nicolasa del Valle Ayala o el cine de Alfredo Narváez (estos tres últimos de Chamical), cuyas realizaciones son de índole universal porque los temas que tratan lo son. Universalizan desde La Rioja. La lista no se agota allí.
Las creaciones literarias de aquellos (los ensayos son también literatura) compiten sin esfuerzos con los grandes de la Argentina, del resto de América Latina o del extranjero.
En la edición de Canguro, de 1999, la novela Pozo de balde tiene cuatro prólogos y el comentario editorial. Uno es el de Bernardo A. Houssay: “Pozo de balde es un fuerte y vigoroso drama, en el que las pasiones humanas se desatan con la misma violencia fatal que en las tragedias griegas. Costumbres feudales y ambiente primitivo (…) explican los caracteres de sus personajes principales, en cuyas mentes fermentan y al fin estallan violentamente los celos, el amor, el odio (…). A mí juicio, su obra es un modelo entre las novelas argentinas, las de índole dramática y las de tema regional” [subrayados míos].
El premio Nobel 1947 se contradice y repite lugares comunes expresados casi siempre desde Buenos Aires. Empieza muy bien al comprar la novela con las tragedias griegas o al ubicarla en el concierto de la literatura argentina. Pero ¿de qué manera, los celos, el amor y el odio podrían ser patrimonio de pueblos feudales o temas regionales de Tama? Son universales. Es universalizar lo propio. A nadie se le ocurre decir que porque un escritor poetiza el barrio de Palermo hace literatura “regional” o “barrial”. ¿Por qué esas dos varas? ¿Es acaso un colonialismo interno?
Madame Bovary
La novela de Gustave Flaubert, Madame Bovary (1857), contiene también celos, amor, odio, difamaciones, infidelidad, culpa y frustración. Posee como espacios básicos pueblecillos de Francia. Pero a nadie se le ocurre decir que esa famosa novela francesa es “regional” o de “costumbres feudales”. Es errático, por otra parte, atribuir feudalismo, categoría de aplicación en Europa, a América Latina o Tama.
Esos temas aparecen también en Pozo de balde, donde hay además otras localidades: Malanzán, Cazangate, Carrizal, Patquía.
El famoso médico argentino Fernando Gorriti (1876 -1970) acuñó el concepto científico baldeísmo y baldeico. (2) Gorriti, divulgador del psicoanálisis en la Argentina, fue miembro asociado extranjero en la Sociedad Clínica de Medicina Mental de París.
Así fue que en la edición riojana de la novela (editorial Canguro) se lee: “Es necesario dar a la autora de Pozo de balde la misma importancia que a Flaubert”. (3) ¡Fíjense la importancia de la obra! Gorriti realiza una interpretación psicoanalítica de Pozo de balde. En esa materia hay también un equívoco. Los franceses no crearon el concepto de baldeísmo, sino que fue en la Argentina. Las críticas o análisis de esa novela no abundan. Una más reciente la realizó María Rosa Calás de Clark. (4)
Hombrazo
La defensa del Chacho la hace el personaje principal Luciano de la Vega, que junto a su esposa Mabel Zárate, son los protagonistas centrales y además primos. No olvidemos que la dicotomía de civilización o barbarie tiñe la novela. El incesto (p. 31), en la novela, se practica entre civilizados, aunque la relación termina muy mal. Como Mabel y Luciano figuran en ese bando pueden dialogar sobre política nacional, según la visión de mundo de la narradora/autora. Dice Luciano:
(…) Desde la muerte del Chacho está plagado el pago de bandoleros. ¡Matar a semejante hombrazo! (…) Era todo un jefe el Chacho, muy leal y muy honrado; lo demostró en los dos bandos políticos donde actuó. Ya lo ves, cuando él andaba con sus montoneros, se guardaban muy bien de destripar ni de robar a nadie. Pero qué quieres… Yo le daría a los traidores… ¡Cómo odio la traición, Mabel! (…) (5)
En la novela, las Montoneras tienen un pasado: muerte del coronel Zárate, unitario y padre de Mabel, y el orden que imponía el Chacho. Un presente con los ecos y los temores de Mabel ante noticias o posibilidad del paso de las Montoneras por los espacios donde viven. Apenas se menciona a Mitre y “eran decires que una bruja asesinada por Arredondo desandaba”.
La fórmula civilización o barbarie, en Pozo de balde, se expresa en la ropa, la lengua, la animalidad atribuida a personajes, la música, la naturaleza, los bailes, las propiedades, los sitios cercanos y, por supuesto, en los partidos políticos en pugna. Si bien tiene como centro básico Tama y otras localidades, se puede establecer una civilización o barbarie más amplia: Los Llanos riojanos, la capital provincial y Córdoba, adonde Mabel, angustiada y adúltera, quiere huir. No se agota allí el análisis de esa potente novela moderna del siglo XX.
Fuentes y notas
1- “Lo real maravilloso se encuentra a cada paso en las vidas de los hombres [y las mujeres] que inscribieron fechas en la historia del Continente y dejaron apellidos (…) hasta las heroínas de nuestras guerras de la independencia de tan mitológica traza como la coronela Juana Azurduy (…)”, escribe Alejo Carpentier, ‘Prólogo’, El reino de este mundo, Montevideo, Arca, 1969, pp. 7-13. La primera edición es de 1949.
2- Para un análisis detallado véase: Fernando Gorriti, ‘Consideraciones sobre El pozo de balde y su baldeísmo’, revista La Semana Médica, I, 1935, pp. 268-276, Buenos Aires; y del mismo autor ‘El baldeísmo, su situación nosográfica y tratamiento’, revista La Semana Médica, II, 1935, pp. 1563-1564; e ‘Histeria - Estados Baldeicos y Baldeísmo’, revista La Histeria y en revista La Constitución Histérica, Buenos Aires, Editorial Ideas, 1948.
3- ‘Un importante comentario sobre Pozo de balde’. Se trata de un breve escrito acerca de la interpretación psicoanalítica de Gorriti sobre un personaje de Pozo de balde, publicada en Anales Médico-Psychologiques de París, Bulletin Officiel de la Societé Médico-Psychologiques de París, Nº 3, Octubre de 1936, p. 534, reproducido en pp. 8-9 de la novela. En el original de esa nota está como “El Pozo de Balde”.
4- María Rosa Calás de Clark, ‘Pozo de balde’, de Rosa Bazán de Cámara: Hacia el rescate de la riojanidad y autoctonía en la novela, Boletín de la Academia Argentina de Letras, Tomo LXXIV, setiembre-diciembre de 2009, números 305-306. Hace un análisis estructuralista y desde el título ya practica un reduccionismo. En esa novela no hay ningún rescate de la riojanidad. Bazán de Cámara universaliza desde La Rioja. Los personajes en Madame Bovary son también ‘autóctonos’.
5- R. B. de Cámara, capítulo II, ‘El 20 de febrero’, cit., p.198. Fue tan brutal lo del Chacho que la escritora, de filiación mitrista, toma distancia y la defensa la hace el personaje principal de la novela.
Rosa Bazán de Cámara, Pozo de balde, La Rioja, Canguro, 1999.
Gustave Flaubert, Madame Bovary, Buenos Aires, Losada, 1994. (Tradución de Augusto Díaz Carvajal). El autor la publicó originalmente en forma de folletín en La revue de Paris en 1856 y en libro en 1857. Folletín deriva del francés feuilleton, diminutivo de feuillet, que significa “hoja” y se aplica a los textos por entrega, generalmente semanales. La obra dio origen a la patología psicológica del bovarysmo, entre otras tantas miradas y derivaciones como el femenino del personaje central. Correo electrónico del autor: losfundadores@gmail.com
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